
Es el prefecto del Dicasterio para los Obispos y arzobispo emérito de Chiclayo, Perú. Recibió la ordenación sacerdotal en 1982, obtuvo la licenciatura en 1984 y luego fue enviado a trabajar a la misión de Chulucanas, en Perú, por lo que tiene amplio acercamiento con América Latina.

La designación por parte de Francisco de Prevost al frente del Dicasterio para los Obispos, uno de los “ministerios” más importante del Vaticano porque es el que le aconseja al Papa la selección de los obispos, fue leída por expertos como una muestra del impulso reformista de Bergoglio.
En Perú, el cardenal ha sido acusado de encubrir a sacerdotes denunciados por violencia sexual. Sin embargo, la diócesis de Chiclayo ha negado todos los señalamientos.