Bajo Escrutinio: Demócratas contra demócratas en las elecciones presidenciales de EE. UU

Por Rolando Hernández

Las elecciones presidenciales del pasado cinco de noviembre celebradas en los Estados Unidos demuestran una vez más que la fidelidad de los votantes hacia los partidos políticos no existe.

Los electores a la hora de ejercer el derecho al sufragio sean por el presidente, los senadores y congresistas (diputados) lo realizan en relación a los intereses que deber primar en la mayoría.

Una muestra de ello, son los seguidores el Partido Demócrata que en estado claves como Pensilvania, Wisconsin, Georgia y Carolina del Norte votaron masivamente por el Partido Republicano.

El llamado cinturón o muro de contención política de color azul que en la práctica representa a los demócratas formado por los estados antes mencionados en esta ocasión se convirtió en rojo.

¿Por qué votaron los estados claves demócratas por los republicanos? Por varias razones entre ellas: la seguridad económica, inflación, desempleo y la migración irregular.

Previo a las elecciones presidenciales, los electores a nivel nacional del país consideraban en más de un 60 por ciento preocupaciones por la estabilidad económica y un 12 por ciento que la inmigración ilegal debía ser controlada por el gobierno.

Los estados que habían sido fieles al Partido Demócratas desde las administraciones de Obama y Joe Biden, no se mantuvieron esa fidelidad a la organización políticas tales como Pensilvania y Georgia.

El mensaje de los electores fue claro, los partidos políticos, no tienen el total control sobre sus electores, los cuales al ver afectados sus intereses y promesas no cumplidas no lo piensan dos veces y tampoco les renuevan a sus dirigentes políticos el contrato de trabajo que los mantendrá en el poder por los próximos cuatro años.

Donald Trump ganó de manera fácil a Kamala Harris las elecciones presidenciales tras mantener un constante discurso sobre las políticas económica de la administración Biden y la retórica antinmigrante que le sumaron miles de votos.

Los hispanos de las diversas las nacionalidades, incluida la dominicana y los afroamericanos apoyaron en promedio en un 15 por ciento al candidato presidencial Trump en comparación con las elecciones presidenciales el año 2020 cuando fue desalojado de la Casa Blanca y a la que retornará cuatro años después.

Los republicanos, además de la Casa Blanca, tendrán mayoría en el senado por los próximos seis años al obtener 53 senadores en comparación con los 45 de los demócratas. Los dos senadores restantes se mantienen como independientes.

Mientras que de los 435 integrantes de la Cámara de Representantes (diputados) los republicanos acumulan 211 y los demócratas cuentan con 199. Los 25 restantes congresistas aún se están por definir. El Partido Republicano de tener la mayoría política en ambas cámaras del congreso norteamericano le permitirán al presidente electo Donald Trump desarrollar la agenda política propuesta en la campaña política de dinamizar la economía y combatir la inmigración irregular.

Lo cierto y más seguro, es que la reciente elecciones presidenciales en Estados Unidos una vez más demuestran que los gobiernos no podrán permanecer en el poder cuando la mayoría ve afectados sus intereses, en especial su estabilidad económica.

El Partido Demócrata con su candidata presidencial Kamala Harris que obtuvo 226 votos electorales en comparación con los 312 de Trump, perdieron las elecciones presidenciales debido a que los demócratas votaron en contra de los demócratas en los niveles presidencial y congresional en el denominado voto de castigo que es demoledor en la democracia norteamericana.

Qué bueno sería ver esta fórmula de los simpatizantes y seguidores del Partido Demócrata en los sistemas políticos Latinoamericanos y del Caribe, en especial en la República Dominicana en los que se impone la demagogia en las campañas políticas. La lección hacia el liderazgo político demócrata ha sido aprendida