Luz Núñez y Candy se reencontraron con un fuerte abrazo después de más de cuatro décadas separadas. Candy fue robada al nacer y llevada a Florida, pero su mamá nunca perdió la esperanza de volver a verla. Esta es su historia.
NUEVA YORK.- Luego de 42 años separadas, una mujer originaria de República Dominicana pudo abrazar de nuevo a su hija, quien fue robada al nacer en un hospital en la década de 1980.
El emotivo reencuentro marcó el final de una larga búsqueda y el comienzo de una nueva etapa para ambas.
Luz Núñez, la madre, y Candy De Jesús Núñez, la hija, se encontraron en Far Rockaway, Nueva York, donde Luz se había mudado hace 30 años con la esperanza de encontrar a su hija.
El momento del reencuentro se resumió en un abrazo después de cuatro décadas de ausencia, con el llanto incontenible y con las ganas de obtener el afecto y las memorias de una vida perdida.
“Siempre (estuve) pidiéndole a Dios para que llegara un momento de saber de ella… yo no pensaba que ese momento me iba a llegar a mí”, dijo Luz.
¿Cómo se reencontraron la madre y su hija biológica?
El reencuentro fue posible gracias a una prueba de ADN que Candy se realizó, la cual coincidió con la de un sobrino que también se había sometido a la prueba.
“Cuando ella me mandó sus documentos, dije, ‘ella definitivamente es nuestra familia’”, comentó Robert Ramírez, sobrino de Luz.
Trafican a niña a Estados Unidos y la adopta familia de Florida
Candy, quien fue traficada a Estados Unidos y adoptada por una familia en Florida, siempre sintió que algo le faltaba.
“Siempre me hacía falta una pieza de mi corazón y cuando cumplí 32 mi otra madre encontró mi acta de nacimiento… el hecho de que ella me amó y nunca se rindió y ahora estoy aquí”, dijo en inglés Candy.
Robo de bebés en República Dominicana en la década de los ochentas
Según los testimonios, el robo de bebés era una práctica común en República Dominicana en los años 80.
Luz relató el momento en que perdió a su hija.
“Yo fui pal baño, pero yo dejé la niña y cuando volví ya no estaba la niña”, relató.
Su otra hija, Nurys Ramírez Núñez, añadió que en el momento de la desaparición de Candy “había dos señoras que andaban recogiendo niños”.
El encuentro fue emotivo para toda la familia, incluyendo a las hermanas de Candy.
Nurys dijo que el impacto del robo de Candy en su madre fue algo muy fuerte.
“No había un día que mi mamá no la recordara a ella, siempre lloraba”, señaló.
Feliz reencuentro, pero con tristes ausencias
La reunión también estuvo marcada por la ausencia de otra hija de Luz, quien fue asesinada en febrero de este año, añadiendo una capa adicional de emoción al reencuentro.
Candy llegó a Far Rockaway desde Orlando con sus propias hijas, completando así un círculo familiar que había estado incompleto por décadas. Al momento del encuentro, Candy expresó: “Wow, en verdad está pasando.”
La familia ahora se enfoca en recuperar el tiempo perdido, compartiendo comidas y momentos juntos.
Sin embargo, la historia no termina aquí, ya que aún falta encontrar a otro hermano perdido, lo que mantiene viva la esperanza de más reencuentros en el futuro.